Bad Blood

AÑO: 2010

DIRECTOR: Dennis Law

INT.: Simon Yam, Andy On, Jiang Luxia, Bernice Liu, Pinky Cheung, Lam Suet, Ken Lo, Chan Wai-Man, Hung Yan-Yan.

GÉNERO: Acción.

Dennis Law ni es un buen guionista ni un buen director. Eso sí, sabe perfectamente a quien contratar a la hora de que en sus películas aparezcan las mejores escenas de acción. En Bad Blood las peleas dan lecciones de brutalidad, ritmo y coreografías a sus vecinos tailandeses. Lástima que la historia no sirviera ni para una secuela de Ninja Terminator.

Y es que el guión es prácticamente inexistente. Una familia de delincuentes que se matan entre ellos por una herencia. Mientras, vemos escena tras escena de acción que no descubrimos hasta el final de la cinta qué demonios tienen que ver con la historia. Si la pretensión del director era evocar al cine de acción de los años 80 y 90 (y no me refiero a los títulos que todo el mundo conoce, sino aquellos que protagonizaba gente como Ben Ng o un Dick Wei venido a menos) hay que aplaudir lo bien que le ha salido la jugada.

Dejando de lado el libreto y la dirección plana, como ya he mencionado, la acción es una inyección de adrenalina pura, coreografías que quitan el aliento obra de Nicky Li (Legendary Assassin) interpretadas por Andy On (muy activo últimamente) y la mejor luchadora que existe hoy en día en el mundo del cine, Jiang Luxia (Coweb, True Legend), en un papel de sordomuda que hace aun más sencillas las (dolorosas) comparaciones con el Paquito Chocolatero que interpretase Jeeja Yanin. Simon Yam y Lam Suet sirven de gancho para el aficionado mientras Ken Lo y Hung Yan-Yan demuestran que por ellos no pasan los años.

Lo mejor: Acción pura y dura como en los viejos tiempos. El cine de acción de HK cada día mejor.

Lo peor: Colocar música a lo Johnnie To no es suficiente para que tu película parezca dirigida por él. Sigue intentándolo, Dennis.

Heroine Insult Vol. 27: Great Girl

AÑO: 2010

DIRECTOR: Kisuke Hizen.

INT.: Nami Shinohara

GÉNERO: Acción/Fantástico/Porno.

Un yakuza y el Joker consiguen dejar fuera de control a la horma de su zapato, la superchica llamada Great Girl, gracias a una piedra verde traída del planeta Creepton (que prodigio de imaginación y originalidad el de los guionistas). En una gran lección de lo que es la elipsis narrativa, el director condensa toda esta historia durante los dos primeros minutos, y se centra en los magreos a los que la somete el mafioso y el sexo oral no consentido (teóricamente) que consuma con el inquietante Joker nipón. Por suerte, la muchacha escapa para mostrarnos un poco de acción, efectos especiales (de periodista a lo Clark Kent a Supergirl por medio de una transformación al estilo Sailor Moon) y luchas contra esbirros enmascarados. Para su desgracia, un tipo disfrazado de Predator con puños gigantes logra vencerla, lo que aprovecha la banda al completo para violarla de un modo de lo más variado, con artilugios mecánicos primero y a la antigua usanza después, terminando todo en el festival del grumo. Pero atención, aquí no termina la cosa. En un alarde de dramatismo y mal rollo a lo Haneke, obligan a la desafortunada heroína a masturbarse mientras la graban en un video que es transmitido en directo hasta unas pantallas gigantes situadas en el centro de Tokio. Aun tengo los pelos de punta, amigos.

Lo mejor: No toméis drogas, niños. Si lo hacéis podéis terminar trabajando en el mundo del cine japonés. Imaginad el disgusto que se iba a llevar vuestra madre.

Lo peor: No hemos visto las 26 películas anteriores de la serie. ¿Nos habremos perdido algo importante?